Los Modelos Mentales, su origen, evolución e importancia
Por: Roberto Bonilla
Co-piloto Organizacional e Innovador Social
Las personas, desde que nacemos estamos inmersos en ciertas condiciones de vida, primero en nuestro entorno cercano, dentro del hogar donde nos correspondió nacer, en dónde se viven ciertas rutinas diarias, formas de comportamiento, de diálogo, incluyendo aspectos materiales, como pudo haber sido el tipo de casa, muebles, auto o sin auto, múltiples cambios de casa, diferentes vecinos y barrios, cada uno con su sello cultural.
La interacción con abuelos, tíos, primos, hermanos … o sin hermanos, amigos, escuela, maestros, la seño de la tiendita, o la gran avenida cercana y ruidosa. El tipo de música que se escuchaba en familia, la formación religiosa o la ausencia de ella, las pandillas antagónicas y las amenazas del grandulón o la colonia pacífica con jardín cercano y bien cuidado.
Los libros o historietas que nos rodearon de niños, lo permitido, lo prohibido, los alimentos o la carencia de los mismos, o en ocasiones la abundancia y desperdicio. La cultura basada en el esfuerzo, o las dádivas sin esfuerzo.
Todo esto y muchas cosas más, incluyendo el clima de la o las ciudades en que nos fuimos desarrollando, conforman las condiciones de vida que, gradual e inevitablemente van “despertando” nuestros modelos mentales, y de ellos se deriva la forma en que percibimos y actuamos en el mundo.
Por extraño que pudiera parecer, los diferentes modelos mentales (paradigmas) generan diferentes significados a las mismas palabras, complicando con el paso del tiempo nuestra capacidad de comunicarnos asertivamente con quienes nos rodean.
En el idioma alemán existe la palabra “Weltanschauung”, que se puede traducir como nuestra visión del mundo o ideología respecto ciertos temas o forma de ver la vida. Que finalmente está visión del mundo que nos rodea es derivado de nuestros modelos mentales.
Entre amigos y colegas que por diversas razones tuvimos conocimiento de este término en alemán, optamos por simplificarlo con la letra “W”, de manera que cuando nos damos cuenta que en situaciones cotidianas pueden emerger conflictos, en ocasiones es factible identificar las diferentes “Ws” en juego o interactuando.
Un ejemplo que ayuda a identificar diferentes visiones del mundo o diferentes “Ws”, es preguntar a diferentes personas su punto de vista sobre el aborto, a manera de ejemplo se pueden identificar al menos dos perspectivas, aquella que considera que la mujer es dueña de su cuerpo y por lo tanto libre de decidir qué hacer con su cuerpo, y en contraparte el puntos de vista que reconoce en el bebé en formación su derecho a vivir, sin importar el punto de vista de su madre.
De esta forma, lo que para una persona puede ser un reto, para otra puede ser “pan comido” y para otra persona puede ser algo que es imposible de lograr o de hacer.
¿En qué ocupamos nuestro tiempo libre?, ¿qué consideramos que significa vacacionar?, o ¿vemos el trabajo como un sinónimo de esclavitud o una oportunidad para desarrollar nuevas habilidades o conocimientos?, la respuestas que demos a estas preguntas un otras similares, nos daran una pista de nuestros modelos mentales, y si se las formulamos a otras personas, igualmente podremos contrastar nuestros modelos mentales con los de las otras personas.
Entremos al mundo empresarial o en términos generales el de las organizaciones, que en otros artículos les hemos denominado como “Sistemas de Actividad Humana”, (término acuñado por el Dr. Peter Checkland de la Universidad de Lancaster) partiendo del dueño de la empresa o líder principal de la organización, posee un cierto modelo mental, una cierta forma de ver el mundo y sus interacciones su propia “W”, ¿y eso, que relevancia tiene?, ¡mucha!, ya que consciente o inconscientemente (la mayoría de las veces en mi experiencia) imprime su “sello” o modelo mental en la forma en que opera su empresa, enfatizando la importancia de ciertas acciones y descartando o minimizando otro tipo de acciones.
Y dado que en la mayoría de los casos, los líderes no operan solos, sino que se apoyan en un equipo de colaboradores cercanos, con el paso del tiempo, la combinación de los modelos mentales de estas 3, 4, 5 o más personas, son las que se ven reflejadas en la forma en que se diseñan los sistemas y procesos, las estrategias de la organización y las diferentes formas de leer el entorno y llevar a cabo los ajustes necesarios para seguir siendo competitivos.
En base a lo anterior resulta interesante descubrir que las organizaciones son “contenedores” de condiciones de vida en las que se sumergen nuestros colaboradores, y que dichas condiciones de vida provocará que emerjan ciertos modelos mentales que podrán ser deseables o indeseables, sanos o no sanos, en función de lo que cada organización quiera lograr.
Algo que podemos explorar e incluso documentar, son los modelos mentales y expectativas de los clientes de la empresa, y compararlos con los modelos mentales de nuestra empresa, si están bien alineados, será más probable que tengamos clientes satisfechos, y si no están alineados, también sea probable que tengamos clientes insatisfechos.
Si en sus empresas prevalece lo segundo, será tiempo de modificar las condiciones de vida internas (sistemas, procesos, procedimientos, juntas, medición, liderazgo, capacitación, orden, limpieza, etc.) con la hipótesis de poder despertar nuevos modelos mentales en nuestros colaboradores y con ello nuevas formas de pensar y de actuar.
Seguramente ya cayeron en cuenta que la cultura organizacional es una gran sumatoria de comportamientos individuales, mismos que se derivan de sus modelos mentales y estos a su vez de las condiciones de vida internas en la empresa, que a su ves dependen del director y su equipo cercano.
Con esta secuencia podremos re-descubrir la importancia de la suma de modelos mentales del equipo directivo y su impacto en los resultados de la empresa y la satisfacción de sus clientes, colaboradores, proveedores y otros grupos de interés.
Debido a lo anterior, los gurús de la calidad del siglo pasado -Uno de ellos E. W. Deming- insistían que los resultados de una empresa dependen en un 95% de la alta gerencia o alta dirección, y la verdad sea dicha: tenían y siguen teniendo razón en esa afirmación.
Un refrán mexicano dice y dice bien: “dime con quien andas y te diré quien eres”, una versión actualizada para el mundo empresarial sería equivalente a: “dime cuales son tus modelos mentales y te diré el tipo de empresa que tienes”, ¿les hace sentido?
Lecturas complementarias:
Sobre Weltanschauung: https://www.gestiopolis.com/cosmovision-y-explicacion-del-termino-weltanschauung/
Sobre sistemas de actividad humana: http://blog.nmx.mx/nmx-consultoria/2017/liderazgo-y-sistemas-de-gestion/
Fuente de la imagen de los gatos: http://www.fuerzatres.com/2010/04/modelos-mentales-html/
Sobre Spiral Dynamics Integral, modelo que propone la conexión entre las condiciones de vida y los diferentes modelos mentales o patrones de pensamiento https://www.academia.edu/37066622/Resumen_Espirales_Dinámicas_Integrales_v_5_2018.pdf