Recapitulando sobre mis inicio en el campo de la consultoría de empresas me traslade al año 1984, cuando inicie una etapa profesional siendo profesor de tiempo completo en el Tecnológico de Monterrey Campus Monterrey y empecé a hacer mis pininos en consultoría empresarial en temas eminentemente de índole ingenieril: mejoras de procesos, análisis de fallas de piezas mecánicas y diseño de componentes mecánicos.
Y en 1990 poco antes de mudarme a León Guanajuato bajo un acuerdo con el mismo Tec de Monterrey pero ahora en el Campus León, me toco vivir una experiencia que marcó de manera importante mi percepción de la realidad en las empresas. Resulta que junto con otro colega y un grupo de alumnos, una empresa regiomontana nos dio un reto 100% mecánico, que –a pesar de todos nuestros esfuerzos y talentos conjuntos- fuimos incapaces de resolver.
Finalmente el tiempo se nos agotaba y debíamos enfrentar la realidad y hablar con nuestro cliente para decirle que por una parte no pudimos resolver el problema y por otra parte pedirle autorización para llevar a cabo una pruebas de materiales de naturaleza destructiva lo que dañaría permanentemente el equipo que debíamos haber reparado.
Para nuestra sorpresa nuestro cliente estuvo de acuerdo con nuestros análisis y argumentos e hicimos las pruebas destructivas, que implicaban análisis minuciosos de naturaleza metalográfica. Y lo que vimos en el microscopio por una parte nos asombró y por otra parte nos ayudó a descubrir ni mas ni menos que un acto de sabotaje interno.
Esta experiencia fue la primera de muchas en las que mi mundo material y objetivo se derrumbaba ante la subjetividad del comportamiento de los seres humanos. Y este parte-aguas de gran impacto en los inicios de mi carrera me motivaron a enfocarme en temas de consultoría mas equilibrados, mas integrales, tomando en cuenta la inevitable dinámica humana en las organizaciones.
Posteriormente en 1992 me independice e inicie mi practica como consultor en temas de proceso de cambio organizacional y estrategia. Y con frecuencia me enfrentaba a lo que ahora llamo el eslabón perdido entre actitud y productividad. Ya que cuando recomendaba que las empresas de mis clientes invirtieran en capacitación y desarrollo humano, la primer objeción era: «¿Y cuándo voy a ver los resultados tangibles de esa inversión?», a lo que mi respuesta con frecuencia era del tipo: Bueno, debes hacer una apuesta y verás como gradualmente tus colaboradores van a mejorar la compresión de los procesos y van a desarrollar una mejor actitud, etc. y etc.
Y la verdad es que quizá un 25% de los empresarios que escuchaban ese tipo de recomendaciones SI la atendían, y en efecto años mas o años menos se veían algunos vestigios de los posibles resultados, y en pocos casos se obtenían resultados asombrosos y palpables que ayudaban a recuperar la confianza en la decisión de invertir en el desarrollo de sus colaboradores.
Al mismo tiempo, fui confirmando con el paso de los años, el importantísimo rol del fundador y/o director general de la empresa en el desarrollo de una cultura organizacional propicia para retener y atraer talentos a su organización e imprimir un liderazgo integrador y positivo para el logro de resultados, pero aun sin haber podido encontrar o desarrollar alguna herramienta que de manera clara y directa incidiera en la actitud de los colaboradores de una empresa y su productividad y por consecuencia su rentabilidad financiera.
Fue así que exactamente hace un año en octubre del 2013, nos contactó una empresa de Guadalajara ofreciéndonos una herramienta denominada: Sistema Eficaz de la Actitud (SEA).
Y gradualmente en la medida que les escuchábamos y fuimos entendiendo su propuesta de valor, nos dimos cuenta que y particularmente me di cuenta que tenía enfrente de mis ojos el famoso eslabón perdido para poder MEDIR de manera cuantitativa y en pesos y centavos el retorno de inversión en el desarrollo de los colaboradores de una empresa. Con un énfasis muy especial en desarrollar una mejor ACTITUD de los colaboradores, al margen de los esfuerzos para desarrollar aptitudes que siempre son necesarias para desempeñar bien un trabajo, el SEA se enfoca en desarrollar la Actitud y los efectos positivos de hacerlo de esta manera lo mide cuantitativamente con una serie de indicadores de desempeño organizacional incluyendo entre otros los niveles de compromiso, comunicación, responsabilidad, cumplimiento de metas y …¡Productividad!
Y dentro de la propuesta del SEA se incluye un cambio de paradigma que es clave en el proceso de implantación, y consiste en que es indispensable que el Director General de la empresa sea quien lidere todo el proceso de implantación y despliegue del Sistema Eficaz de la Actitud, ya que la misma metodología propicia que en la apuesta de cambiar la actitud de todos los colaboradores se incluya precisamente el cambio de actitud y comportamiento del líder principal de la organización.
De esta manera la propuesta de valor del SEA podrá generar en los participantes, -incluyendo al líder por supuesto- las siguientes características:
Creando de manera gradual a lo largo de las 52 semanas que dura el programa un mayor sentido de pertenencia a la empresa y una actitud positiva y propositiva orientada a resultados. Generando además un lenguaje común entre todos los participantes en el SEA con efectos positivos en su desempeño personal, grupal y organizacional, al grado que incluso los familiares de los colaboradores se ven impactados de manera positiva y los clientes externos también detectan los efectos positivos del SEA.
En la siguiente figura se muestra el esquema de implantación invirtiendo cada participante entre 1 y 2 horas por semana, siendo –como yo le llamo- dosis homeopáticas de cambio, que sumadas generan un proceso de cambio organizacional muy sólido y con resultados tangibles.
En las últimas 17 semanas del programa, los participantes ya se enfocan en proyectos específicos de mejora continua en la empresa, sin que ello signifique que es hasta esas semanas que empezarás a notar cambios en tu empresa, ya que durante el periodo de 30 semanas donde se les presentan principios y valores es en donde las personas empiezan a reacomodar sus modelos mentales e inician cambios de comportamiento que sinergizan de manera positiva entre los participantes en el SEA.
Y algo muy interesante en el modelo de implantación del SEA, es que incluye una garantía de satisfacción que consiste en que si a los dos meses de haber iniciado la implantación no estás satisfechos, se suspende el proyecto de implantación y se te devuelve el 100% de los que hayas invertido, que por cierto, uno de los clientes de Novarum que hoy está viviendo esta experiencia del SEA en su empresa, nos dijo: «No veo por que NO intentarlo»
Hoy contamos con una alianza estratégica con los desarrolladores del SEA y somos representante oficiales del SEA para Guanajuato, pudiendo operar e implantarlos en cualquier parte de México y el mundo. Si deseas conocer en mayor detalle la forma en que está innovador herramienta de cambio de cultura organizacional puede aplicarse en tu empresa puedes solicitar una cita con tu servidor o unos de nuestros consultores en [email protected] y también puedes consultar la página web del SEA en: http://www.seaorganizacion.com/
También podemos mostrarte sin costo alguno, como diseñar un proceso de cambio integral en tu empresa incorporando junto con el SEA otras herramientas complementarias desarrolladas por Novarum a lo largo 30 años de experiencia en la consultoría de empresas dentro y fuera de México.