Autor: Dr. Enrique Canales
Muchos empresarios piensan utilizando conceptos matemáticos sin darse cuenta. Si se dieran cuenta, pensarían mucho mejor. Están como aquellos que nunca se dan cuenta que están hablando en prosa, la hablan pero sin estar conscientes. Así muchos empresarios, elaboran ecuaciones matemáticas de su empresa, sin darse cuenta y al no darse cuenta, a veces le atinan y a veces desbarran.
Por ejemplo, un balance financiero es una ecuación muy infantil, dice así; activos menos pasivos igual a capital. Claro, si debes cero; los activos son igual al capital. Si tus activos son igual a tus pasivos, entonces ahora el capital te da cero. Pero nadie se queda trabajando con esta ecuación tan simple.
Otro ejemplo de ecuación que se utiliza; ingresos menos egresos igual a margen, menos impuestos igual a utilidad. Desde esta semilla de ecuación se comienza a elaborar todo un sistema contable, enlazando cuentas y cuentas, de modo que el valor de la ecuación no se eche a perder. Así, se establecen balanzas de comprobación, matrices y demás.
Claro, lo que a veces muchos empresarios no perciben, es que cada variable o cuenta de estas ecuaciones, son variables dependientes. Una variable dependiente no la puedes variar a tu gusto de un sólo gesto, por ejemplo los costos. Una variable independiente es algo que sí puedes variar a tu gusto, en cierto rango al menos, por ejemplo fijar tu precio de venta de uno de tus productos.
Operar una empresa, es igual a operar una ecuación; solamente que lo hacemos en vivo, en caliente y con prisas. Trabajar como empresario a veces es como tratar de resolver una ecuación que no ves.
Pero no solamente nos ponemos a operar la empresa resolviendo una ecuación sin tener la ecuación clara y enfrente de nosotros, sino que movemos variables que vienen pegadas a otras variables, nos movemos como cabritos en cristalería, de modo que a la hora de la hora buscamos un resultado de ganarnos tanto, y nos resulta que no ganamos ni para la vergüenza de presentar tan terrible resultados. ¿Presentamos resultados de qué? de la ecuación que operamos en vivo dentro de la empresa; estuvimos moviendo variables todo el mes pasado.
Entonces, por no meterse a entender un poco sobre la matemática que hay detrás de los factores que se manejan, se giran instrucciones medias imposibles que requieren de mucha atrición, mucho desgaste para poderse implementar. Y al final, la ecuación que se quiso actuar u operar en vivo, produce un resultado que no esperábamos.
Visto así el triperío de la empresa, entonces podríamos poner un poco de orden en las ecuaciones que operamos. Ahora me voy a referir a la ecuación estratégica que se opera consciente o inconscientemente en muchas empresas.
El nivel estratégico, es un nivel de abstracción mental, en donde metemos a la ecuación grandes grupos de variables y tan solo aceptamos ciertos aspectos que consideramos importantes. Por ejemplo, podemos decir a nivel estratégico que vamos a entregar nuestro producto más justo a tiempo, que el más justo de los competidores. Bien. ¿Qué estamos haciendo? Bueno estamos pretendiendo mover una variable estratégica hacia un lado que consideramos nos posiciona mejor que el competidor. ¿Y qué vamos a lograr? Bueno, esperamos que los clientes van a estar más contentos y que nos van a preferir y que nos van a aumentar los pedidos poco a poco, claro eso nos puede obligar a comprar un nuevo sistema electrónico de información, más activos, pero menos inventario… ¿Ven, cómo se van moviendo las variables?
Entonces en el nivel estratégico, se manejan unas variables que resumen, es decir concentran grupos de variables. Al mover por un acuerdo de nuestro plan estratégico una variable estratégica, en el fondo lo que buscamos es mover algo en esa macro ecuación estratégica. ¿Vemos el modelo de la ecuación estratégica? Es más conceptual que una base de datos en Excel, con varios pisos. La base de datos vendría siendo la ecuación del primer piso; muy importante, pero con mucha mecánica y poco sabor estratégico.
Igor Ansoff desde Bruselas, fue para mí, uno de los teóricos más nutritivos del quehacer estratégico. Allá por 1980, en abril-junio, publicó un articulo fundamental, en la revista Strategic Managment Journal, en donde intenta establecer un mapa general, de las diferentes posiciones estratégicas de las empresas.
En realidad, debemos de ver esas “posiciones estratégicas” como si fueran posiciones que las variables de la ecuación estratégicas pueden tomar. Por ejemplo; en cuánto estrategia tecnológica, tu puedes decidir entre ser atrasadito comprando máquinas usadas, o ser profesional con equipo moderno pero que todos pueden tener, o ser seguidor del líder desarrollando tu tecnología despuecito del líder o de plano ser líder innovador en algo.
Así Igor Ansoff, escribió una lista de posiciones estratégicas en muchos de los aspectos de la empresa. De este modo, en plan cómodo un empresario podía describir la estrategia de su empresa escogiendo las posiciones de las variables desde el menú. Que si el mismo producto en otros mercados, que si innovaciones en los procesos y no en los productos, que si alianzas estratégicas, que si esto y que si lo otro.
A cada rato, me encuentro en las empresas las definiciones de los planes estratégicos, como si fueran posiciones de las variables sacadas, palabra de honor, directamente del estudio de Ansoff. Se los he visto a supuestos gurus de Mackenzies, Boston Consulting Group, Batelle, Stanford Research y demás súper firmas de consultorías. Claro, ellos aportan más, aquí estoy simplificando para ilustrar.
Bueno, al final de cuentas lo que extraño es una discusión más clara sobre la ecuación estratégica de modo de poder ver más claro la lógica y los números detrás de cada estrategia, como si fuera una ecuación en un pizarrón. La estrategia tiene que dejar lana, pero a veces no se tiene clara la ecuación, que nos lleve a la lana y por lo tanto, al final, tenemos rollo, hermoso rollo de planeación estratégica, pero no tenemos ecuación y no vemos la lana, como resultado de resolver esa ecuación.